Con un 60% de la población mundial conectada a Internet, es raro encontrar personas que no tengan como mínimo un smartphone o la Red de redes en su hogar.
El Internet de las cosas ha llegado a impulsar esta red de interconexión entre los diferentes ordenadores en el mundo para permitir un mayor intercambio de datos entre ellos.
Así, los objetos pueden detectar patrones, hacer recomendaciones, mejorar la eficiencia y crear experiencias de usuario.
Es usual que los objetos y asistentes tecnológicos puedan:
Los dispositivos IoT se conectan mediante un proceso llamado M2M (machine to machine, o máquina a máquina) y se comunican entre sí utilizando cualquier tipo de conectividad (cable, WiFi, Bluetooth, etc.)
Esta conexión les permite hacer determinada labor sin la necesidad de que un humano intervenga, solo con sensores y chips específicos que están dispuestos en los dispositivos como un sensor de luz ambiental, giroscopio, etc.)
Los dispositivos pueden incluso, sacar conclusiones de los hábitos y preferencias del usuario, para para facilitarle la vida.